La labor estuvo impulsada por la fundación Vida Silvestre y se realizó en cuatro jornadas de observaciones, con los protocolos sanitarios correspondientes. Cada dato que se obtuvo, será clasificado y se subirá a una plataforma internacional.
Se trató de una suerte de “safari” que convocó a científicos, aficionados y legos a tomar registros de la biodiversidad circundante. Los participantes dejarán plasmadas sus observaciones -a través de imágenes y sonidos- en una plataforma de acceso mundial.
Se recolectaron datos de fauna, flora y hongos y ahora se está en proceso de identificación de los datos subidos a la plataforma o a la aplicación de celular Argentinat o ¡Naturalist.
El conteo sobre la producción local llevado a cabo hasta ahora indica unas 1.650 observaciones correspondientes a alrededor de 600 especies.